El cáncer cervical es un tumor maligno en los tejidos del cuello del útero, o cérvix.
Los dos tipos principales de cáncer cervical son el carcinoma de células escamosas, que es el más común, y el adenocarcinoma.
En NSW, a 200 mujeres les diagnostican cáncer cervical cada año.
Se desconocen las causas del cáncer cervical. No obstante, existen factores que aumentan el riesgo de padecerlo, como la infección por el virus del papiloma humano (HPV por sus siglas en inglés) o el tabaco, que produce sustancias químicas que dañan las células del cuello del útero y facilitan el desarrollo del cáncer.
Si los primeros cambios celulares se transforman en un cáncer cervical, los síntomas más comunes son: sangrado vaginal entre dos periodos, sangrado tras las relaciones sexuales, dolor durante las relaciones sexuales, flujo vaginal fuera de lo común, sangrado vaginal tras la menopausia, fatiga excesiva, piernas hinchadas o doloridas, o dolor en la parte baja de la espalda.
Todos estos síntomas se pueden deber a muchas otras enfermedades y pueden no significar que tiene cáncer cervical, pero si sufre los síntomas debería hacerse una revisión médica.
La mayoría de los cambios anormales en las células cervicales se detectan mediante una citología. Las mujeres deben hacerse una citología cada dos años.
Para detectar el cáncer también existe la colposcopia: una biopsia en la que se recoge una pequeña muestra de tejido del área anormal del cuello uterino y se envía al laboratorio para su análisis.
Si se detecta un cáncer, las pruebas para determinar el alcance de este pueden incluir el análisis de sangre, la radiografía torácica, la tomografía computerizada, la resonancia magnética, la tomografía PET o un análisis con anestesia.
Se clasificará el cáncer en una de las siguientes etapas:
La cirugía se suele usar para los tumores pequeños que se encuentran solo dentro del cuello uterino. El alcance del cáncer dentro del cuello del útero determinará el tipo de cirugía necesario. La cirugía puede ser: una traquelectomía, que puede mantener la fertilidad, una biopsia en cono o una histerectomía.
Los tratamientos pueden ser la radioterapia (externa o interna), la quimioterapia y la quimiorradiación.
Para personas con cáncer avanzado, los cuidados paliativos ayudan a mejorar la calidad de vida aliviando los síntomas del cáncer. Los tratamientos incluyen el alivio del dolor y la superación de los problemas físicos y emocionales.
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